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Ilustración: Marcos Kazuo

Las cadenas del imperialismo, opresores y oprimidos.
— Nikolái Aleksandr Weinbinder —

E

xiste una concepción mecánica e idílica de la historia segun la cual el mundo se encontraba en un estado de subdesarrollo y algunos países por mérito propio tomaron la delantera dejando detrás al resto. Lo que en realidad ocurrió fue que el capitalismo se abrio paso violentamente a fuerza de guerras, saqueos y explotación, subyugando unos países a otros y generando dependencias.

La apropiación de riquezas mediante el saqueo a la periferia fue lo que posibilitó el despegue de un puñado de países en la metropoli. El genocidio de los pueblos originarios, el robo del oro y la plata, la trata de esclavos y el sometimiento de continentes enteros posibilito amasar suculentas fortunas que fueron las que financiaron la revolución industrial en Inglaterra.

Más tarde llegaron los inversionistas, comerciantes y banqueros. Los mal llamados países del primer mundo fueron desarrollandose a costa de la riqueza que habían robado a las regiones sometidas convertiendolas en dependientes, proveedoras de mano de obra barata y materias primas.

El desarrollo capitalista produce el desarrollo en un polo y el subdesarrollo en el otro. Los paises avanzados y los paises subdesarrollados no son dos mundos separados; son lo de arriba y lo de abajo de uno y el mismo mundo. De manera que la noción de “Tercer Mundo” es realmente engañosa y deberíamos renunciar a ella. Sweezy

El desarrollo y el subdesarrollo son las dos caras de una misma moneda, indisociables en sentido dialéctico y con una interdependencia mutua. Similar a como ocurre con la propiedad privada, para que existan países desarrollados es condición necesaria que existan países subdesarrollados. Ya decía Eduardo Galeano que el subdesarrollo no es una etapa del desarrollo sino su consecuencia.

No se trata de una cuestión de esfuerzo, cultura del trabajo o habilidades emprendedoras de los habitantes de tal o cual país. Esas son creencias derivadas de la meritocracia individual y su generalización traspolada a la población de países enteros.

En la arena internacional todo se interconecta y las riquezas se concentran en manos de unos pocos. Cada país tiene su historia, su clase dominante y un contexto de oportunidades diferentes para el desarrollo. Hay continentes que han sido saqueados y sometidos al capricho y la voluntad de el gran capital.

En un regimen capitalista los países subdesarrollados jamás podran alcanzar niveles de vida como los de países nórdicos que tantas veces citan los publicistas de la burguesía como ejemplos a seguir. Debemos rastrear la acumulación originaria en el paso de la historia.

Las potencias imperialistas lucharon en guerras mundiales por expandir su dominio. La rapiña capitalista y la competencia despiadada en el marco de lucha de clases hace que no se pueda abstraer a los paises de las condiciones internacionales ni tampoco plantearlos con igualdad de posibilidades para desarrollarse en función de sus méritos.

En modo alguno podemos esperar que las relaciones que mantienen los países “avanzados” con los subdesarrollados puedan elevar a estos últimos al mismo nivel. Y no es de sorprender que cuanto mayor sea la ayuda económica menor sea el desarrollo y más sean los condicionamientos o las directivas externas sobre que políticas económicas adoptar.

Los países subdesarrollados estan condenados a permanecer como tales hasta tanto no rompan con las trampas del sistema capitalista mundial y se liberen de las camisas de fuerza que les imponen los privilegiados del status quo que a fin de cuenta son quienes se desarrollan a costa del subdesarollo ajeno.






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